Empédocles

 (También llamado Empédocles de Akragas; Agrigento, Sicilia, 484 a.C. - Etna, 424 a.C.) Filósofo y poeta griego. Fue el primero de los pensadores del eclecticismo pluralista que intentó conciliar las visiones contrapuestas de la realidad a que habían llegado Parménides y Heráclito. Empédocles postuló como principios constitutivos de todas las cosas cuatro «raíces» o elementos inalterables y eternos (el agua, el aire, la tierra y el fuego), que, al combinarse en distintas proporciones por efecto de dos fuerzas cósmicas (el Amor y el Odio), dan lugar a la multiplicidad de seres del mundo físico.

Desde sus orígenes y a lo largo de todo el periodo llamado cosmológico o presocrático (es decir, anterior a Sócrates), la filosofía griega había supuesto la existencia de un principio constitutivo (arjé o arché) común a la diversidad de seres de la naturaleza. Los filósofos de Mileto (Tales, Anaximandro, Anaxímenes) y la escuela de Pitágoras vieron tal principio en substancias concretas (el aire, el agua) o bien propusieron principios de naturaleza abstracta o formal (lo indeterminado en Anaximandro, el número en los pitagóricos). El desarrollo de esta indagación acabaría conduciendo a las concepciones antitéticas de la realidad de Parménides y Heráclito: para el primero, lo real es uno e inmutable, siendo su continua transformación mera apariencia, mientras que el segundo vio precisamente en el incesante devenir la verdadera naturaleza de lo real.

La filosofía de Empédocles representa la primera tentativa de armonizar ambas posturas, intento que secundarían Anaxágoras y los atomistas (Leucipo y Demócrito); todos ellos aspiraron a una síntesis ecléctica proponiendo como arjé una pluralidad de elementos o partículas que, dentro del devenir, mantenía su inmutabilidad. En sus obras, Empédocles comienza, como Parménides, estableciendo la necesidad y perennidad del ser; su originalidad consiste en conciliar dicha necesidad con el devenir, con el transcurrir de todo.

Para ello estableció como principios constitutivos de todas las cosas cuatro «raíces» (rhicómata), los cuatro elementos naturales: el agua, el aire, la tierra y el fuego. Estas raíces corresponden a los principios (arjé) señalados anteriormente por Tales, Anaxímenes, Jenófanes y Heráclito, respectivamente; pero, a diferencia de tales principios (que se transforman cualitativamente y se convierten en todas las cosas), las raíces de Empédocles permanecen cualitativamente inalteradas: se combinan en distintas proporciones para formar todas las cosas, pero ellas mismas son inmutables y eternas.

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